K-Barakaldo aldizkaria

La sala municipal de exposiciones de Barakaldo en los años setenta

Miren Vadillo Eguino

70eko hamarkadan zehar, Barakaldoko Udalak arte garaikidearen aldeko apustu nabarmen bat egin zuen. Kultura sustatzeko espazio gisa sortu zen Erakusketa Aretoak garaiko artistarik berritzaileenen lanak bildu zituen geroz eta ugariagoak ziren erakusketetan. Transmisio lana bultzatzeaz gain, herriko ondare garaikidea handitu zuen Udalak artista haien hainbat lan erosiz. Udaleko kulturako langileak izan ziren garai emankor eta berritzaile hura ahalbidetu zutenak, Ceferino del Olmo buru. Arte garaikidearen esparruan Barakaldon mugarri izandako garaiari buruzko ibilbide bat da testu hau.

A lo largo de la década de los años setenta, el Ayuntamiento de Barakaldo logró poner en marcha una destacada actividad expositiva gracias a la celebración de múltiples muestras artísticas de gran relevancia. Desde los iniciales espacios de la sala de exposiciones ubicados en la quinta planta del edificio del Ayuntamiento, hasta las nuevas instalaciones adecuadas en 1975 en los bajos del Casino, fueron innumerables las exposiciones que se celebraron en las mismas con una decidida apuesta por mostrar la obra de varios artistas significativos del arte de vanguardia. Todo ello, en un momento complicado para la creatividad más avanzada, con pocos espacios donde poder desarrollarse y mostrarse de manera libre y sin cortapisas y, además, en un municipio como Barakaldo, sin una tradición artística asentada, con un carácter netamente industrial, donde poco a poco se fue generando un ambiente proclive hacia la creación artística contemporánea.

Todos estos acontecimientos deben de considerarse dentro del periodo de transformación política, social y cultural que se estaba viviendo en los años setenta, momento en el que el arte se desarrolló de manera muy notable y sufrió una fuerte efervescencia, con una multiplicidad de tendencias y una equiparación a las posturas internacionales. En el ámbito vasco, igualmente se produjeron numerosos cambios en las sensibilidades estéticas pero, sobre todo, a finales de la década se originó una fuerte institucionalización de las artes debido al nuevo periodo predemocrático que se estaba viviendo. En ese sentido, una de las reivindicaciones más reiteradas por los creadores desde los años cincuenta había sido la escasa atención mostrada por parte de las corporaciones públicas a la promoción artística, un aspecto que empezó a variar con el firme apoyo y promoción por parte de los organismos públicos que se implantaron a finales de la década como consecuencia de los cambios políticos sucedidos.

En la inauguración del nuevo edificio del ayuntamiento (1964), la corporación municipal decidió utilizar la quinta planta para iniciar un programa de exposiciones que comenzó con el certamen artístico “Salón de Estío”.

Por todo ello, vamos a ofrecer un recorrido histórico por algunas de las actividades y exposiciones plásticas que el Ayuntamiento de Barakaldo puso en marcha y que demostraron el carácter avanzado de las mismas y la meritoria labor realizada desde las instancias culturales del consistorio barakaldés en esos años de transición. A pesar de que nuestra atención se va a centrar en la creación plástica de vanguardia, la actividad de la sala fue frenética durante aquellos años y en sus espacios tuvieron cabida todo tipo de muestras y actividades que, por motivos de espacio, debemos de obviar; pero que respondían a los intereses de la ciudadanía barakaldesa. Asimismo, es reseñable la dificultad existente en documentar todas las actividades celebradas a lo largo de estos años debido a la poca atención a los trámites administrativos que tuvieron las personas encargadas. Aun así, la gestión llevada a cabo se estableció como un modelo de promoción artística por parte de una entidad municipal muy loable y sin parangón en todo el País Vasco. Frente al desdén hacia el arte contemporáneo de otros consistorios vascos1El único ejemplo cercano de promoción artística por parte de una entidad municipal se realizó en Durango en las Salas Municipales de Ezkurdi., es significativo que en Barakaldo se realizase una apuesta considerable por el mismo con exposiciones de gran entidad y repercusión que abarcaron incluso el ámbito nacional.

LOS COMIENZOS DE LA DÉCADA. LAS GRANDES EXPOSICIONES

Si bien es de sobra conocida y analizada la importancia que a comienzos de los años setenta tuvieron las exposiciones celebradas en Barakaldo, tanto a nivel estatal con la I y II Muestra de Artes Plásticas de 1971 y 1973 respectivamente, como en el ámbito vasco con la Exposición de Arte Vasco de 1972, comúnmente denominada la “Indiscriminada”2SÁENZ DE GORBEA, 2016: 137-154.; desde mediados de la década anterior, los estamentos culturales del Ayuntamiento de Barakaldo empezaron a demostrar un deseo por promocionar el arte. Con motivo de la inauguración del nuevo edificio del ayuntamiento en 1964, la corporación municipal decidió utilizar la quinta planta del mismo para iniciar un programa de exposiciones que comenzó con la organización de un certamen artístico denominado “Salón de Estío”3En prensa destacan la amplitud de la sala, de 42 metros de largo por 12 metros de ancho. “Salón de exposiciones en Baracaldo”, Hoja del Lunes, 22 junio 1964, p. 2.. Con una dotación económica mayor que la del resto de localidades vecinas, para el año siguiente se le añadió el título de “Primer Certamen Nacional de Pintura, II Salón de Estío” de 1965, en un deseo por ampliar el ámbito local y abarcar una mayor notoriedad y calidad en la exposición4Si en el “I Salón de Estío” se presentaron 166 obras y resultó ganador Carmelo García Barrena, en la convocatoria de 1965 llevaron 277 pinturas de todo el estado y el 1o premio recayó en el artista madrileño José Luis Alexanco y en la edición de 1967 fue el artista vizcaíno José Barceló quien ganó. Puede consultarse parte de su historia en: SÁENZ DE GORBEA, 2000: 32-33.. Alternando con los Salones de Estío que siguieron celebrándose anualmente, la convocatoria nacional se llevó a cabo con una periodicidad bienal, celebrándose tres ediciones más, en 1967, 1969 y 1971.

Asimismo, al margen de estas convocatorias competitivas, es destacable que en las salas municipales empezaran a tener lugar otras celebraciones importantes para la vanguardia local, tales como la muestra organizada por el Ateneo Bilbaíno en 1968 sobre pintura moderna, en la que se pudieron ver más de cuarenta obras de pintores españoles y locales de las tendencias más actuales del momento5Se trataba de la colección particular del secretario del Ateneo, el galerista José Luis Merino con obras de Guinovart, Viola, Saura, Feito, Sempere, Barjola, Zobel o Bonifacio, Blanco o Zumeta, entre otros y era una expo- sición itinerante que iba por varios pueblos vizcaínos. “Veintidós artistas de vanguardia exponen en Baracaldo”, La Gaceta del Norte,6 febrero 1968; p. 2.. Igualmente, en marzo de 1969 los mismos espacios municipales fueron los elegidos por el colectivo de jóvenes artistas vizcaínos Zue6Lo integraban Marta Brancas, Fernando Mirantes, José Ramón Sainz Mor- quillas, Pau Dol, Alberto López, María Jesús Uriarte y Mayalen Urrutikoetxea. GUASCH, 1985: 160-161, apegados a la vanguardia, la abstracción y la investigación, para darse a conocer y mostrar lo que ellos consideraban el arte de su momento. Tales exhibiciones indicaban una apertura por parte de los miembros organizadores de la sala al permitir y promocionar a los valores más innovadores del momento.

Sin embargo, el verdadero impulso definitivo a la sala municipal tendrá lugar al comienzo de la década de los setenta, un momento de cambio que comienza en septiembre de 1970 con la designación de Luis Alfonso Caño como alcalde, puesto en el que permanecerá hasta abril de 1979, tras la convocatoria de las primeras elecciones municipales democráticas. No obstante, las transformaciones más notables que hicieron que la sala se convirtiera en un espacio dinámico de promoción creativa se debieron a la voluntad de Ceferino del Olmo, gestor municipal encargado de la sala municipal de exposiciones del consistorio barakaldés, quien demostró una atención hacia el arte más avanzado y una dedicación incansable a la gestión de la sala, poco común en aquellos momentos. Sus propias palabras explican la significación de las muestras de arte como agentes de la cultura ya que valoraba que: “[…] la muestra como el mejor vehículo de exposición colectiva sitúa al artista ante una nueva postura, en la que conviven todas las fórmulas de creación, sin predominio de unas sobre otras. Así pues –y a partir del propio artista- desaparece el mito del genio creador para dar paso al trabajador de la cultura7?DEL OLMO, Ceferino. “Consideraciones en torno al concepto “Muestra” en 1971: I Muestra de Artes Plásticas. [Cat. Exp.]: s. p..

Tanto es así que a pesar de que la década de los setenta comienza todavía con la celebración de los concursos de pintura de la década anterior, la poca resonancia que adquirieron los premios8En la edición de 1970 el primer premio recayó en Luis Pérez Díez y en la de 1971 en Esteban de la Foz., impulsaron a que en 1971 se organizara una nueva modalidad de exhibición que modificara las Bienales Nacionales de Pintura y diera paso a las denominadas Muestras de Artes Plásticas. La principal modificación se basó en abandonar el carácter competitivo anterior para permitir acceder a artistas consolidados, sin la necesidad de enfrentarse a la valoración de un jurado y de igual modo, responder mejor a la idea divulgativa que desde el consistorio propugnaban, en aras de realizar exposiciones de gran calado que contribuyesen a ofrecer los nuevos enfoques más actuales del arte contemporáneo.

Como bien es sabido, para la “I Muestra de Artes Plásticas” la opción escogida fue la designación de un comité de críticos de reconocido prestigio, con el barakaldés Santiago Amón junto a José María Moreno Galván y Emanuel Borja para que seleccionaran a los artistas representados, a quienes únicamente se les ofreció una medalla-escultura de Francisco Barón como compensación. Verdaderamente la cita fue muy significativa, desde el 3 de julio de 1971 y durante un mes se pudieron contemplar en la sala de la quinta planta del consistorio barakaldés, las diversas tendencias artísticas por las que discurría la creación en esos momentos gracias a los trabajos más significativos de cuarenta y cuatro artistas, entre los que se encontraban los más renombrados artífices del momento actual artístico español9Puede consultarse la lista completa en: “Relación nominal de expositores”, I Muestra de Artes Plásticas, [Panfleto], Baracaldo: Ayuntamiento de Baracal- do, 1971. A pesar de que en un primer momento están anunciados 45 artistas finalmente faltó a la cita Antonio Tápies.. El propio José María Moreno Galván publicó un texto en el catálogo que se editado con motivo de la muestra, en el que destacaba la oportunidad brindada por el municipio de Barakaldo para organizar tal acontecimiento: “es una exposición que, hoy por hoy, no sería posible organizarla en ciudades como Madrid o Barcelona sin un agotador trabajo previo, y que en cualquier otra ciudad de Europa suscitaría la atención de toda la gran prensa especializada. Sin embargo, la exposición está en Baracaldo y ha sido concebida y proyectada para Baracaldo, lo cual dicho sea de paso, ha facilitado mucho más cosas para la tarea organizativa”10MORENO GALVÁN, José María, “Una exposición memorable”, 1971: I Muestra de Artes Plásticas, [Cat. Exp.]: s. p.. Pese a que puedan parecer unas declaraciones un tanto exageradas, la verdad es que el montaje de una exposición de este calibre, con un centenar de obras de artistas de reconocida trayectoria, con una mezcla de técnicas, materiales y dimensiones que alternaban pintura y escultura e incluso obras cercanas a la instalación, tal como era el caso de los encapsulados de Darío Villalba, era muy complicada de coordinar y sobre todo colocar en unas salas que no contaban con los requisitos básicos para ello. Asimismo, se debe de recalcar, una vez más, la buena gestión no solo del comité encargado de la selección, sino de los empleados del ayuntamiento que fueron los que recepcionaron las obras invitadas, las colocaron y cuidaron e incluso documentaron y recogieron toda la información para elaborar el catálogo publicado una vez finalizada la muestra.

Imagen de una obra de Darío Villalba expuesta en la Sala Municipal de Exposiciones de Barakaldo en la “I Muestra de Artes Plásticas” de 1971, AMB, Carpeta 2284.

Sin embargo, en su momento no todas las valoraciones fueron amables. Antes de dar incluso comienzo a la exposición, hubo voces contrarias a la selección realizada fundamentalmente por la limitada representación de artistas vascos. Todo era consecuencia del movimiento asambleario que en esos momentos existía principalmente en la provincia vizcaína y que pretendía que se hiciera una muestra abierta a todos aquellos participantes vascos que así lo quisieran y que los organizadores señalaron como uno de sus intereses11José María Moreno Galván, Santiago Amón, Emanuel Borja, Ceferino del Olmo: “Primera Muestra de Artes Plásticas” Gaceta del Norte, [Bilbao], 4 julio 1971; p. 4.. Por ese motivo, varios artistas vascos mantuvieron una serie de reuniones con el Ayuntamiento de Barakaldo para presionar e intentar lograr nuevas convocatorias12ARRIBAS, 1979: 157.. Quizás fuera un problema de tiempo el que no permitió que se pudiesen reunir más artistas -tanto vascos como españoles-, ya que entre la documentación que ha quedado en el Archivo Municipal de Barakaldo existía una lista de artistas con sus direcciones para ser invitados a la muestra, en la que aparecían más nombres de artistas vascos tales como Dionisio Blanco, Agustín Ibarrola, Vicente Larrea, Remigio Mendiburu, Jorge Oteiza, José Antonio Sistiaga o Rafael Ruiz Balerdi. Del mismo modo, también aparecen otros nombres de artistas nacionales como Equipo Crónica, Antonio López o Josep Guinovart que tampoco acudieron a la cita13“Lista de artistas invitados a la I Muestra de Arte de Baracaldo”, AMB, Carpeta 2284..

De una manera u otra, las presiones que realizaron los artistas vascos provocaron que el Ayuntamiento de Barakaldo acordase celebrar a continuación una exposición exclusiva de arte vasco. Aun así, la organización de la misma no se concretó hasta diciembre de 1971, prolongándose posteriormente hasta 13 febrero de 1972. A diferencia de la anterior cita, en esta ocasión, en noviembre de 1971 se hizo pública en prensa la convocatoria con las bases de la misma14“Baracaldo: Se convoca la exposición de arte vasco. No habrá premios y estará abierta a todos”, El Correo Español – El Pueblo Vasco, 7 de noviem- bre 1971, p. 4.. En ellas, se exponía su propósito de investigar el arte en esos momentos en el País Vasco, de modo que ofrecían una libre participación a todos los creadores del País Vasco y Navarra, sin distinción de disciplina, con el único requisito de que el artista se encargara de mandar y recoger las obras y ser juez de su propia obra para exponerla15Un aspecto destacable era la posibilidad de señalar un precio para su posible venta mientras durara la exposición.. Desde el principio, a la exposición se le denomina popularmente como la “Indiscriminada de Arte Vasco”16ANGULO BARTUREN, 1978: 239., un pseudónimo muy significativo ya que demuestra la intención de efectuar una crítica hacia la anterior muestra de arte, al tiempo que reafirmar los postulados democráticos de esta. La ocasión brindada es acogida por la sociedad artística con grandes expectativas, un aspecto que podemos observar en las palabras de un joven creador como Iñaki de la Fuente que demostraba su entusiasmo ante el acontecimiento de la siguiente manera: “(…) recibí con alegría y por medio de la prensa local, la grata noticia de que el Ayuntamiento de la Anteiglesia de Baracaldo, uniendo un eslabón más a esa cadena maravillosa y ejemplar en pro del arte actual, había organizado una muestra de nuestro arte, del arte que se hace en el País Vasco. Si me agradó la noticia en sí, más me agradaron aun si cabe, las bases de la misma; la democracia a la hora de exponer y colgar todo, así como la total carencia de premios, (…), por todo esto mi más sincera felicitación al Ayuntamiento de Baracaldo”17DE LA FUENTE, José Ignacio, “Carta”, Bilbao, diciembre 1971. AMB, carpeta 2284 /1..

Tal es el poder de convocatoria que tiene la cita que, a falta de un día para recibir las obras dentro del plazo estipulado, se habían recibido más de ciento cincuenta obras de todas las provincias vascas18“Baracaldo: Más de 150 obras recibidas para la Muestra General de Arte Vasco”. El Correo Español – El Pueblo Vasco, 8 diciembre 1971, p. 5.. Ante tal número de piezas, se decidió dividir la exposición en cuatro fases consecutivas dado el espacio con el que se contaba, en vez de las dos que inicialmente habían quedado estipuladas, con una clara intención de mantener los criterios solicitados por los artistas y para ello, se iba a seguir un orden alfabético de los apellidos de los autores de las obras. Finalmente, la exposición se inauguró el día concertado, el 15 de diciembre de 1971, en la quinta planta de la Casa Consistorial. La coordinación corrió a cargo de Ceferino del Olmo y del teniente de alcalde y presidente de la Comisión de Cultura, Juan Antonio Ortiz Fernández, a los que se les unió otro trabajador municipal, Carlos María Mazas. Todavía para la fecha de la apertura de la muestra se estaban recibiendo obras, cuya cifra ya se estimaba que alcanzaría las cuatrocientas piezas, pertenecientes a unos doscientos artistas19El listado completo de artistas puede consultarse en el catálogo editado con motivo de la exposición: 1972: Exposición de Arte Vasco. [Cat. Exp.], 1972.. Frente a la exhibición por fases de la sala de exposiciones, en la plaza del Ayuntamiento se decidió colocar las esculturas que, debido a sus dimensiones, no cabían en el edificio. Para el momento de la inauguración solo se contaba con la obra de Vicente Larrea titulada Samotracia, una escultura de seis metros de altura que, al finalizar la exposición fue adquirida por el consistorio barakaldés tras su paso por los “Encuentros de Pamplona” en julio de 1972 y que en la actualidad se encuentra en la Herriko Plaza como un emblema de aquella experiencia. También se quedó instalada en la plaza hasta los años noventa una reproducción de una caja vacía titulada Convergencia para un vacío de Jorge Oteiza que varios artistas vascos habían mandado fundir para rendir un homenaje al escultor que, sin embargo, por diversos problemas técnicos en su ejecución y cuestiones económicas, hicieron que Oteiza decidiera destruirla en 199320Parte de la historia de estas esculturas puede consultarse en: PEREDA ANGULO, 2017: 108-115..

En cada una de las fases en las que se desarrolló la exposición hubo una mezcla de estilos, temas y generaciones muy significativa, un carácter abierto e informador del momento real en el que se encontraba la creación plástica vasca que se quiso complementar con un ciclo de conferencias sobre arte actual a cargo de especialistas, críticos y artistas vinculados al arte del País Vasco21Ofrecieron conferencia los críticos de arte Cirilo Popovici, Carlos Areán, Santiago Amón, los especialistas Raúl Chavarri, Ramón Faraldo, Gregorio San Juan, Julio Caro Baroja, Francisco Juan, Carlos Fuentes, Francisco Allo; y los artistas Fernando Mirantes, Koldo Azpiazu y Javier Sauras.. Todas ellas fueron ofrecidas en el Círculo Cultural y Recreativo, el Casino de Barakaldo, con entrada libre. Los temas elegidos versaban sobre el arte vasco, su pintura, el arte del tatuaje, o la creatividad infantil, la crítica del arte, la educación artística o la sociología del arte; es decir, una mezcla de temas y de especialistas para ofrecer una perspectiva de los diversos aspectos culturales de aquellos momentos. Todas estas conferencias fueron recogidas, a excepción de la de Julio Caro Baroja y la de Francisco Allo, en el catálogo que se editó una vez que la exposición hubo finalizado y gracias a la subvención del Banco de Bilbao. La realización de dicho catálogo, aunque no se hiciera a tiempo, fue muy significativa, ya que se trató de una publicación extensa que recogía las ilustraciones de una obra de todos los artistas presentes, con lo que podía servir de muestrario de las creaciones del momento en el País Vasco.

Cartel anunciador de las conferencias con motivo de la “Exposición de Arte Vasco” de Baracaldo, enero 1972.

En cuanto a la respuesta de la ciudadanía ante tales exposiciones, no contamos con numerosos datos que nos permitan afirmar en cada situación, muestra y conferencia la situación que se vivió, pero sí que podemos señalar cómo a lo largo de la primera fase de esta “Muestra de Arte Vasco”, las crónicas periodísticas señalaban que habían ido 4000 visitantes22“4000 personas visitaron la primera fase de la muestra de arte vasco en Baracaldo. Es solo el 4 por ciento de la población fabril”. Hoja del Lunes de Bilbao, 3 enero 1973; p. 13., lo cual indica un éxito muy notable de público, quizás motivado por las diferentes polémicas surgidas y la expectación que la muestra había adquirido. Tenemos que tener en cuenta que se trataba entonces de una ciudad de unos 100.000 habitantes con lo que la cifra era muy notable. Incluso es interesante comprobar el balance de resultados que desde el propio ayuntamiento hacen y que fueron publicados en la parte final del catálogo, ya que tuvieron un cariz muy positivo. El teniente de alcalde y Delegado de Cultura, Juan Antonio Ortiz, explicaba el éxito popular de visitas que la muestra había obtenido y cómo las conferencias, a pesar de no concurrir mucha gente, fueron interesantes gracias a los debates suscitados en torno a ellas: “[…] la exposición ha tenido alrededor de 16.000 visitantes, cifra que, aún repartida entre dos meses, es poco frecuente referida a las artes plásticas”23ORTIZ, Juan Antonio. “Resumen de unos resultados”. En 1972: Exposi- ción de arte vasco, [Cat. Exp.], s. p.. Como se observa, las valoraciones son de triunfo en cuanto a la experiencia, y por ello, la idea que mantienen es la de volver a realizar esta exposición al cabo de dos años, es decir, de una manera bienal, alternando con la “Muestra de Artes Plásticas”; aunque a partir de entonces ya se plantea la necesidad de establecer una cierta selección como sistema de organización.

Catálogo “Exposición de Arte Vasco” de Baracaldo, 1972.

La indiscriminada ofreció una amalgama de tendencias dispares, desde trabajos paisajísticos tradicionales hasta el arte abstracto analítico, pasando por el informalismo y la figuración expresionista.

Verdaderamente, la cita supuso una oportunidad única para mostrar lo que el arte vasco era, o podía llegar a ser en esos momentos, en los que el debate sobre la existencia de una práctica propia en la zona continuaba vigente, como herencia de los postulados del Movimiento de Escuela Vasca y donde el conflicto entre posturas artísticas de vanguardia y las de corte más tradicional permanecía en boga, sin saber dónde estaba el margen de confirmación del arte verdadero. En ese sentido, la “indiscriminada” ofreció una amalgama de tendencias dispares, desde trabajos paisajísticos tradicionales hasta el arte abstracto analítico, pasando por el informalismo y la figuración expresionista. Con todo, sorprendió la ausencia de algunos artistas consagrados o con una trayectoria sólida como Chillida, Balerdi o Sistiaga, así como la de miembros de las nuevas generaciones de artistas tales como los vizcaínos analíticos Urquijo o Morquillas, o autores guipuzcoanos de la nueva figuración como Nagel, Ameztoy, Cárdenas, Goenaga o Llanos, además de la falta de los jóvenes pintores navarros Aquerreta, Osés, Azketa, Morrás o Salaberri; lo cual demostraba la dificultad de presentar una panorámica compelta del arte vasco sin distinciones. Con todo, es de subrayar el apoyo que supuso para la gente más joven la posibilidad de mostrar su trabajo en una convocatoria de tanto calado, tal como les sucedió a varios de los alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Bilbao (Olabarri, Oraá, Rementeria, Inchaustegui, Silván, Tamayo o de la Rica) u otros autores incipientes como Díez Alaba, Mirantes, Iñurrieta, De la Fuente, Txopitea o Zuriarrain, entre otros.

Al año siguiente, en 1973, y con la idea de continuar el sistema bienal de las exposiciones nacionales, la sala de exposiciones municipal acogió una nueva convocatoria de la “II Muestra de Artes Plásticas” que, en un principio iba a tener su prolongación al año siguiente en la “II Exposición de Arte Vasco” que, nunca tuvo lugar, aun cuando en prensa fueron anunciadas incluso en 197524MARTÍNEZ, Florencio, “La exposición de arte vasco (2aedición) volverá a Baracaldo”. El Correo Español – El Pueblo Vasco, 5 septiembre 1975; p. 3.. Para evitar los problemas que habían surgido en la anterior edición respecto a la representatividad de los creadores vascos, en esta ocasión se decidió elegir a un artista de cada una de las provincias vascas para que ellos realizasen su propia selección y en el caso del resto de regiones españolas, a importantes críticos de arte de cada zona25Pueden consultarse los críticos designados y los artistas seleccionados en SÁENZ DE GORBEA, 2016: 145-152.. Al margen de la decisión tomada, en el País Vasco se volvió a crear un clima de crispación, sobre todo por parte de los artistas vizcaínos, al no entender la selección discriminatoria efectuada, cuando en la cita anterior se había logrado eliminar. Tales discrepancias provocaron la renuncia de varios artistas a participar26No participaron los guipuzcoanos Balerdi, Mendiburu, Zumeta y Goenaga rehusaron su presencia, del mismo modo que Ortiz de Elguea y Mieg tampoco acudieron., lo que constató la imposibilidad de la utópica unión de los creadores vascos que derivará en los años posteriores en un individualismo propio de los tiempos posmodernos.

Las tres muestras fueron de una importancia muy significativa a nivel nacional y local dada la calidad y el número de obras de artistas que estuvieron presentes en las mismas y que han marcado parte de la historiografía del arte vasco contemporáneo.

Pese a los problemas con los creadores vascos, la muestra se organizó en mayo y junio de 1973 en la quinta planta del ayuntamiento de Barakaldo con la presencia de 116 artistas de los 195 que habían sido convocados27La lista completa de todos los artistas invitados y los que acudieron puede consultarse en: “Lista de artistas invitados”, en 1973: II Muestra de Artes Plásticas, [Cat. Exp.], s. p.. El aumento en número de artistas lo explicaba el alcalde en la introducción al catálogo, motivado por la consulta realizada y por no querer reunir solo a creadores consagrados sino “nuevos nombres de gente joven”28CAÑO, Luis Alfonso, “Presentación”, Ibidem.. Sin embargo, los cambios producidos no resultaron todo lo satisfactorios que cabía estimar. El mayor número de artistas hizo que la calidad no aumentase con ellos, debido a que la selección era más amplia y con ello el nivel de las obras más irregular. Asimismo, otro problema que se hizo patente fue la difícil unidad de los grupos geográficos, puesto que no existían características comunes entre ellos, lo que provocaba una confrontación de formas y estilos. Aun así, nuevamente es de destacar que se pudieran observar cuadros representativos de las nuevas tendencias que empezaban a imponerse tales como el realismo de Luis Gordillo], unido a otros trabajos más apegados a los formalismos abstractos en esculturas como las de Feliciano Hernández, entre otros muchos trabajos.

Como vemos, las tres muestras reseñadas fueron de una importancia muy significativa a nivel nacional y local dada la calidad y el número de obras de artistas que estuvieron presentes en las mismas y que han marcado parte de la historiografía del arte vasco contemporáneo. Sin embargo, en la sala municipal de exposiciones de Barakaldo se pudieron ver otras muchas exposiciones interesantes de jóvenes creadores noveles que deben de ser puestas en valor. Tras la experiencia de la “Exposición de Arte Vasco” de 1972, fue destacable la organización de varias colectivas como consecuencia de la misma, ya que se reunieron en dos colectivas diferentes a varios de los artistas que habían participado en ella. Por un lado, en abril de 1972 se organizó una exposición con artistas locales de Barakaldo, de diferentes dedicaciones y trayectorias tales como Alberto Ramírez, Alejandro Ruiz, Pedro Goiriena, Luis Montalbán, Abel Castaños y José María Muñoz29GANDARIASBEITIA, M. J., “Baracaldo: Exposición de seis artistas locales hasta finales de abril”, La Gaceta del Norte, 14 abril 1972; p. 4., quien fue el único que no había participado en la exposición indiscriminada. Igualmente, tras el periodo estival, en octubre, se dio oportunidad a los autores más jóvenes que habían destacado en la cita anterior al ofrecer nuevos cauces actuales por los que la creación se estaba abriendo paso y se reunieron los trabajos de Iñaki de la Fuente, Pedro Eguíluz, Julio Álvarez, Alberto Rementería y Pelayo Fernández Arrizabalaga30“Cinco artistas en Baracaldo”, La Gaceta del Norte, 17 octubre 1972; p. 2..

Aspecto de la Sala Municipal de Exposiciones de Barakaldo en la “II Muestra de Artes Plásticas de 1973”.

La atención a los autores locales de Barakaldo y a las jóvenes promesas será una constante por parte de los encargados de la sala de exposiciones y especialmente por Ceferino del Olmo. Así se puede comprobar en la celebración de exposiciones en los siguientes años, en las que destacaron la formada por José Ramón Sainz Morquillas y Jesús María Gallo Bidegain en 1973, una oportunidad para ver los procesos creativos de dos barakaldeses cuyas trayectorias adquirirán un gran desarrollo en los años posteriores. Del mismo modo, en 1974 se celebró una original exposición que dio a conocer al grupo Ikutze, un colectivo de autores vizcaínos31??Con artistas de diferente signo lo conformaron José Ibarrola, Montxo Maoño, Elena Badía, Aurelio Garrote, Iñaki de la Fuente, Jesús Pastor, José Carlos Bayo, Miguel Ángel Domínguez y Raúl Ortega que presentaron una instalación de denuncia en contra de la contaminación medioambiental llamada Polución. Desde el 20 de mayo hasta el 5 de junio, la quinta planta del consistorio barakaldés se convirtió en un espacio sorprendente a modo de laberinto creado con paneles donde colgaban los trabajos individuales de pintura y fotografía de cada integrante y que derivaban al centro de la sala en donde habían depositado numerosos desperdicios y residuos, para ofrecer de manera visual y crítica la contaminación de la nueva sociedad industrial32M. “Original exposición en Baracaldo”, El Correo Español – El Pueblo Vasco, 31 mayo 1974; p. 5.. En relación a esta muestra, es curioso comprobar cómo el mismo montaje se quiso llevar a la vecina Portugalete en julio de ese mismo año; sin embargo, nada más inaugurar el evento se presentaron autoridades municipales para cerrar la exposición alegando una falta de permisos, lo cual demuestra la apertura de miras de los responsables municipales de Barakaldo e incluso de la propia ciudadanía al permitir sin problemas su organización.

La atención a los autores locales de Barakaldo y a las jóvenes promesas será una constante por parte de los encargados de la sala de exposiciones y especialmente por Ceferino del Olmo.

A lo largo de todos estos ejemplos hemos podido comprobar cómo en estos primeros años, la sala del consistorio barakaldés vivió un fuerte dinamismo que la hizo convertirse en uno de los centros de la actividad artística vizcaína y vasca. La rapidez con la que se producían las muestras, la mayoría de ellas con una duración de apenas quince días, demuestra la eficacia y efervescencia con la que se trabajaba, un dato que en la actualidad se torna imposible de continuar. En ese sentido y como dato explicativo, contamos con un documento en el que presumiblemente Ceferino del Olmo hace una lista de las diferentes muestras que van a tener cabida desde noviembre de 1970 hasta febrero de 1971, cuatro meses en los que tienen previsto realizar siete exposiciones33??Las exposiciones programadas son: Saulo, Aire Libre – Asociación Artísti- ca Vizcaína, Pedro Peña, Filatélica de Fauna Ornitológica, Óleos de Teresa Navajas y Gabriel Pedrero, Pintura, Modelado y Fotografía, Ricardo Pérez. “Exposiciones” AMB, Caja 10840, Expediente 10., lo cual indica además de la variedad de temas trabajados, la concatenación inmediata de los acontecimientos de este espacio singular en el centro de Barakaldo.

NUEVA SALA DE EXPOSICIONES, NUEVO PERIODO

Si bien los principales acontecimientos y la mayor repercusión de las actividades de la sala de exposiciones se dieron en la primera mitad de los años setenta, para septiembre de 1975 se decidió acondicionar los bajos del antiguo edificio del Casino, entonces en el Parque Marqués de Arriluce Ybarra, actual Parque Antonio Trueba, para instalar una sala de exposiciones nueva. Los actos de inauguración coincidieron con la efeméride de los cinco años al frente de la alcaldía de Luis Alfonso Caño, quien fue el encargado de presentar la exposición que inauguró los nuevos locales con la obra del barakaldés Alberto Ramírez. El acondicionamiento de un espacio muy amplio -más de 250 metros cuadrados- para su dedicación a la exhibición fundamentalmente de obras de arte denotaba la especial atención que el Ayuntamiento de Barakaldo tenía con la plástica y el deseo por seguir ofreciéndolo a través de un espacio estable y de mejor acceso que el anterior en la quinta planta del edificio consistorial. Es destacable que a la hora de reseñar la inauguración de estos espacios todavía se señalara en prensa la idoneidad de los mismos para las futuras bienales de arte, con lo que los ecos de las muestras señaladas eran continuos34“El alcalde de Baracaldo presenta la exposición de un artista de la localidad, Alberto Ramírez”, La Gaceta del Norte, 14 septiembre 1975; p. 3..

La efervescencia que se vivió en los años centrales del decenio analizado, se fueron desvaneciendo y hacia finales de 1977 se dio paso a un periodo con una menor actividad en cuanto a la atención al arte más actual y, sobre todo, con una vuelta a las muestras más tradicionales.

Catálogo exposición “Moquillas / Gallo Bidegain”, diciembre 1973.

La exposición individual de Alberto Ramírez indica nuevamente una predilección por un creador joven, de quien ofrecen una retrospectiva de su trabajo con el objetivo de comprender mejor su desarrollo creativo. Con una duración de un mes, desde el 17 de septiembre al 17 de octubre, el acontecimiento se completó con la edición de un catálogo donde además de recoger la introducción del alcalde y del teniente de alcalde, Ceferino del Olmo ofreció un texto explicativo del trabajo del artista junto con la ilustración de una decena de obras, incluso algunas de ellas en color, una novedad con respecto a los anteriores catálogos que permitía un mejor conocimiento de las mismas.

A partir de este momento, tuvieron lugar otras muchas exposiciones, con una decidida atención a los artistas noveles y también a los más cercanos geográficamente a Barakaldo tales como Iñaki Bilbao (1976), Roberto Martín (1976) o los hermanos Roscubas (1977), entre otros. No obstante, 23 en la mayoría de los casos, se aglutinaban en colectivas que permitían ofrecer la obra de más autores. Entre las mismas podemos destacar la de los Acuarelistas Vascos (noviembre 1975) o la de los pintores Arri, Fernández y Onandia (enero – febrero 1976) y sobre todo interesantes, las que reunían a grupos de jóvenes inquietos que demostraban la situación tan activa en el plano creativo que se daba en esos años de transición, tales como los artistas del Desván (abril – mayo 1976), donde se pudo ver el trabajo de Patxi Cobo, Luis Mari Izquierdo, José Ibarrola, Iñaki de la Fuente, Alberto Murillas y los hermanos Vicente y Fernando Roscubas; así como las obras irreverentes del grupo Peatones (1978)35Grupo compuesto por tales como Xabier Idoate, Iñaki Bilbao, Rosa Silva, Patxi Sabalza, Toño González, Fernando Sáez y Juan Pablo Álvarez., de jóvenes alumnos de la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, inquietos y con ganas de agitar un poco el panorama social y cultural del momento.

Sin embargo, la efervescencia que se vivió en esos años centrales del decenio analizado, se fueron desvaneciendo y hacia finales de 1977 se dio paso a un periodo con una menor actividad en cuanto a la atención al arte más actual y, sobre todo, con una vuelta a las muestras más tradicionales. Como pequeño dato ilustrativo, los catálogos desaparecieron, con lo que suponían de información y divulgación y se modificaron por unos carteles meramente informativos. Igualmente, la sala empezó a estar menos tiempo abierta ya que a partir de 1977 solo se abría de 5 a 9 de la tarde, cuando en 1973, por ejemplo, para la II Muestra de Artes Plásticas el horario había sido más amplio, de 11 a 13.30 ala mañana yde 5.30 a 9 de la tarde.

Presumiblemente, tal desatención se pudo deber a la cesión en el cargo de Ceferino del Olmo como gestor cultural y encargado de la sala de exposiciones durante una temporada, dado que hasta aproximadamente 1980, las muestras que pudieron verse, recogían desde artistas locales y colectivas de diferente calado hasta trabajos escolares o muestras artesanales36??Las muestras que hemos podido documentar son: en 1977, las fotografías de Roberto Fernández Bécares y José Luis Basterra (18-30 abril), Alcon (1- 15 noviembre), Riquelo (16-30 noviembre); en 1978: José Benito (3-15 abril), Roberto Zalbidea (1-15 junio), Hermógenes y sus hijos Constantino y María Ángeles (15-30 junio), Colectiva con Mari Carmen de los Ríos, Yolanda Ugar- te Fidel Alonso, Carlos De los Ríos, José Luis Pérez Garín, Roberto Ziordia (2-15 octubre), Foto Club Barakaldo (15-30 noviembre), Hemanos Rodríguez Olmo (1-30 diciembre); en 1979: Arpilleras (11-18 febrero), Muestra de activi- dades escolares artísticas y literarias (20-30 mayo)., con una desatención a los jóvenes creadores que se habían aglutinado en torno a la sala en esos años anteriores. Incluso es significativo que para 1980, cuando debió ser readmitido en su puesto, se recuperara un afán por atraer a grandes figuras de la escena creativa contemporánea. Comienza a partir de entonces de una nueva etapa, en la que desde un primer momento se pudieron observar de nuevo grandes muestras significativas tales como las individuales de Néstor Basterretxea (diciembre 1979 – enero 1980), Agustín Ibarrola (abril – mayo) o Walter Levy (febrero – marzo); o algunas exhibiciones colectivas importantes que el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao había organizado como “Bizkaiko pintura, Gaur”, con la mayoría de los jóvenes artistas más significativos de la escena vizcaína así como el “Homenaje a Nicaragua”, con una relevante participación de artistas españoles e internacionales de gran renombre37La lista completa puede consultarse en: 1980: Homenaje a Nicaragua, [Cat. Exp.], Sala de Exposiciones de Barakaldo, Ayuntamiento de Barakaldo.. No obstante, desde el consistorio afirmaban que el nuevo enfoque hacia artistas con una reconocida trayectoria, no significaba una desatención al arte más joven, de modo que se pretendía seguir con la promoción de los nuevos valores.

La Sala Municipal de Exposiciones de Barakaldo se convirtió en un ejemplo de promoción y difusión artística hasta el punto de convertirse en un centro capaz de crear en la ciudad una dinámica en torno a las artes contemporáneas.

Así comenzó un nuevo periodo determinado también por los nuevos tiempos democráticos, donde la figura de Ceferino del Olmo continuará trabajando en aras de aglutinar en la villa barakaldesa muestras artísticas interesantes. Un momento en el que las corporaciones locales y autonómicas hicieron proliferar numerosas casas de cultura y salas municipales por toda la geografía vasca, en un intento de democratizar la cultura y ofrecerla por todos los rincones posibles.

ALGUNAS VALORACIONES FINALES

Cartel de una exposición “Colectiva”, 2-15 octubre 1978.

A modo de recapitulación, ha quedado señalada la encomiable labor que el Ayuntamiento de Barakaldo llevó a cabo en su Sala Municipal de Exposiciones en los años setenta. Las múltiples exposiciones celebradas y el alto nivel demostrado en las mismas indicaron un interés por fomentar la cultura y el arte contemporáneo poco común en unos años en los que los organismos públicos no ofrecían una atención tan singular a la plástica vanguardista. Es verdaderamente destacable la oportunidad que se brindó a la ciudadanía barakaldesa de acercarse a la plástica más actual del momento, en un intento por eliminar las dificultades de comprensión e incluso de acceso que los espectadores tenían ante un arte que se encontraba limitado a los críticos y a los expertos y constreñido a las galerías comerciales o a los museos.

Asimismo, el consistorio barakaldés no solo se limitó al citado acondicionamiento de espacios para la difusión artística, sino que en varias ocasiones se compraron obras expuestas en sus salas -Larrea, Morquillas, Díez Alaba, etc., con la consiguiente inversión pública en arte contemporáneo que acrecentara la colección municipal, un aspecto completamente difícil de descubrir en otras localizaciones. Por lo tanto, no solo pudo conocerse de primera mano el trabajo creativo más actual del País Vasco y del resto de España, sino que también se enriqueció el patrimonio artístico de la villa con trabajos de claro signo contemporáneo.

Con todo, no se puede olvidar el enorme esfuerzo que supusieron todas estas actividades. Todas ellas se debieron a la inquietud demostrada por los encargados de la cultura del Ayuntamiento de Barakaldo, con Ceferino del Olmo a la cabeza; personas no dedicadas a las artes plásticas pero que demostraron una sensibilidad hacia las mismas muy meritoria. Hay que pensar en las dificultades de organización, gestión y organización de unas muestras con tantas obras y artistas, en las que había que hacer frente a múltiples cuestiones y problemas relativos a la colocación, montaje, iluminación o documentación de las obras y que se solventaron por el solo interés de ofrecer a la ciudadanía propuestas novedosas e interesantes. En ese sentido, es significativo que frente a la proliferación de espacios patrocinados por entidades bancarias que empezaron a aflorar en todo el País Vasco, en Barakaldo, el Ayuntamiento fue el que continuó con su labor de promoción cultural. De ese modo, la sala continuará con el objetivo de atender no solo a las figuras de reconocida trayectoria, sino también a los artistas noveles, sin perder sus señas de identidad y alejándose de las posturas globalizadas que empezaron a instaurarse.

En definitiva, la Sala Municipal de Exposiciones de Barakaldo se convirtió en un ejemplo de promoción y difusión artística capaz de crear en la ciudad una dinámica en torno a las artes contemporáneas. El claro interés didáctico y de fomento de la cultura que propugnaron con la exhibición de innumerables obras y creadores no se disipó en aquellos momentos, sino que continúa, hoy en día, ampliándose en favor de la ciudadanía de Barakaldo.

BIBLIOGRAFÍA
1978: ANGULO BARTUREN, Javier: Ibarrola. ¿Un pintor maldito? Arte vasco de postguerra. 1950-1977. De Aránzazu a la Bienal de Venecia, Nerea, San Sebastián.

1979: ARRIBAS, María José: 40 años de arte vasco (1937-1979). Historia y documentos, Erein, San Sebastián.

1985: GUASCH, Ana María: Arte e ideología en el País Vasco: 1940-1980. Un modelo de análisis sociológico de la práctica pictórica contemporánea, Akal, Madrid.

2017: PEREDA ANGULO, Arantxa: “45 años de escultura pública en Barakaldo”, Revista K-Barakaldo, núm. 3, pp. 108-131.

2000: SÁENZ DE GORBEA, Xabier: “Las artes plásticas contemporáneas en la margen izquierda y zona minera”, Ezkerraldea Plastika. Las artes plásticas contemporáneas en la margen izquierda y zona minera, [Cat. Exp.],
Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao, pp. 30-36.

2016: SÁENZ DE GORBEA, Xabier: “En torno a la indiscriminada”, Revista K-Barakaldo, núm. 2, pp. 137-154.

1971: I Muestra de Artes Plásticas, [Cat. Exp.], julio 1971, Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Baracaldo, [s. n.] [Caja de Ahorros Vizcaína], Bilbao.

1972: Exposición de Arte Vasco, [Cat. Exp.], diciembre 1971 – febrero 1972, Baracaldo, [s.n.] [Banco de Bilbao], [D.L.], Bilbao.

1973: II Muestra de Artes Plásticas, Sala Municipal de Exposiciones de la Casa Consistorial, [Cat. Exp.], mayo-junio 1973, Baracaldo, [s. n.] [Banco de Bilbao], [D. L.], Bilbao.

1975: Alberto Ramírez, [Cat. Exp.], 17 septiembre – 17 octubre 1975, Sala Municipal de exposiciones de Baracaldo, [s. n], Ayuntamiento de Baracaldo, Baracaldo.

ARCHIVO MUNICIPAL DE BARAKALDO. (AMB)
“Exposiciones”, 1970, AMB, Caja 10840, Expediente 10.

“Lista de artistas invitados a la I Muestra de Arte de Baracaldo”, 1971, AMB, Carpeta 2284.

Carta de José Ignacio de la Fuente, Bilbao diciembre 1971, AMB, Carpeta 2284/1.